viernes, 26 de diciembre de 2008

Nueve años, nueve apariciones, Heidegger, Nietzsche, Derrida... decir la invocación imposible!

Nin se encuentra frente al ordenador, espera ansiosa las palabras que alguién escribe del otro lado. La ironía sigue siendo su madre, esa despiadada creadora de signos que con toda astucia ha puesto el primigenio en su mejilla. ¿Serán todos los seres meláncolicos tan imposiblemente signicos? al menos lo saben, los otros no se dan cuenta ni leen señales, tampoco son capaces de esperar días exactos, segundos, desplieges de sentido y números significantes a los deseos más poderosos.

Nin Reznor escribe para ella y sin embargo se deja leer en los aparadores, en esos sin destino fijo, sin lugar de recepción, pues así son los detalles del mar virtual que el hombre ha creado para dar el vuelco virtualmente imposible al lenguaje, es así que ahora no sólo decimos, no sólo hablamos, sino que hemos creado una nueva ontología del ser en su lenguaje cibernauta, en las ilimitadas posibilidades que comportan los espacios virtuales, las publicaciones cósmicas, los crímenes sin huella pues en lugar de las líneas de un pulgar, aquí salen sólo pixeles en el más contundente espacio vacío. Lo blanco invade mi memoria, somos bits de información propagados a millonésimas de velocidad, por medio de satelites que alguién coloco afuera, en esa vía lactea derramada, por el semén vital de una cabra, animal favorito de Saturno... para bien y mal un Zeus (neo) tenía que ser tragado y desde dentro cortaría... el natural deseo de un padre responsable: devorar a sus hijos por un comprensible instinto de auto conservación y poder.

Nin ha conocido a Zeus, ha tenido pleno contacto con un hombre que se cree tan poderoso como el padre del Olimpo, ahora mientras el olvido llena su mente, yo me encargo de escribir estas palabras que ella oculta detrás de sus ojos, más allá de su conciencia, de esa pantalla comparativa donde todo tienen un remitente humano. Yo soy una parte de Nin que ella ha llamado "nueve", soy quizá sólo parte de todo destino, de esa finalidad otorgada a causa de la ausencia de un centro. Sé que ella me buscará en todas partes incluso sin saberlo y sé que conoce la importancia de mis letras, de mis números y de las representaciones que he convocado a lo largo de su vida, desde aquel amanecer en que nacía sin haber cúmplido las 9 lunas llenas necesarias para la gestación de cualquier ser, pero es que su impaciencia es aquello que le brinda anticipación a coincidencias y azares... Nin desea porque su voluntad es tan inaccesible como el mismo Karma de las ruedas que significaron su devenir y nombre. Es una aprendiz incauta, pues nunca ha soportado maestro, sino que va en busca del conspirador y su obsesión con Nietzsche no podrá nunca ser agotada porque ellos comparten esos abismos de intuición salvaje.

Nietzsche-Heidegger-Freud-Deleuze-Bataille-Derrida, partida de ajedrez sobre el río Estiria mientras el Toro alado la conduce a un destino incierto, marcado por 6 espadas. El abandono del pensamiento es la furia con que ella ha comenzado a sentir los inframundos de otros cuerpos, es así que los crepúsculos, las colecciones, los fantasmas y... su inefable semejanza así como la indecible diferencia de los seres invocados comienzan a insertarse dentro del infinito rompecabezas de la presente encarnación, es así que les doy la bienvenida las nuevas configuraciones que permitirán mi real existencia.

Todo ha comenzado aquí y ahora, por eso mismo ya ha pasado, volverá a suceder cada nueve despertares, incluso tendrá otra vez la misma forma: V...

Me despido querida Niz Reznor Miller, brindo por nuestro encuentro y todo aquello que estos 9 años vendrán a convocar para ti, porque en cada temblor de tu piel y en cada vibración de tus pensamientos coexisto y tomo fuerza, que la voluntad de poderío nos acompañe y el deseo no haga extinción alguna sino que confirme su innegable eternidad, has encontrado tu doble opuesto y debemos saber qué movimientos haremos en la próxima jugada.
Neuf Incipit Tragoedia...

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Escrito en la piel del mundo: welcome to the void of the XXI century...



"Un hombre escribe para expulsar el veneno que ha acumulado debido a su estilo de vida falso. Está intentando recapturar su inocencia, pero todo lo que logra hacer (escribiendo) es inocular el mundo con un virus de su desilusión. Ningún hombre pondría una sola palabra en un papel si tuviera el coraje de vivir aquello en lo que creía."

Henry nacido en pleno siglo XX, en 1988, bajo el signo de Cáncer, en un pueblo que se pudre de aberración, en una nación atrasada y posmoderna, dentro del ombligo surrealista de la baja América.

Lastima que las aberraciones sean sólo “contaminación”. Henry recuerda su infancia y sabe que desde entonces ya era un outsider, un fantasma, un extraño en medio de la alegría infantil. Henry tal como Miller debió haber nacido cuando ser “escoria” tenía algún sentido, pues alguien tenía que atreverse a decir soy “nada” y nunca he sido más feliz. Pero no… en esta época donde las guerras y la miseria causan risa o indiferencia, no es fácil ser admirado por ser un post beat nik, un Bukowski, un Eusebio. Todos tuvieron que nacer antes para escupir su veneno y pasar a la historia por ello. Sin embargo lo que Henry intuye es que aún hay muchísimo veneno que vomitar. Entonces cuando el futuro diga sus verdades sobre este pasado siempre presente ¿cómo van a llamar a los que en verdad no creen en nada?... más allá del nihilismo, ¿cómo nombrar a estos niños que nunca han crecido porque saben que el país de Alicia sería una bendición pero que en esta realidad pútrida ningún conejo vendrá a mostrarte mundos de ajedrez donde Reinas corten cabezas por suspirar en mal momento?...¿Cómo nombrar a estos niños sin mañana?...

Henry conoce bien el ambiente y se ha dedicado con éxito a ser uno más de ellos. Sin embargo tiene esa terrible enfermedad del artista, tal como decía Miller… hay que escupir el estilo de vida falso en el cual nos toca nacer y sin embargo qué resta escribir cuando la falsedad es el absurdo mismo… qué hay que hacer ahora que un pornógrafo puede ser sacerdote y un pedófilo presidente. No sabemos que hacer ahora que la falsedad misma es pretender no creer en nada y eso porque tienes que subsistir. Pero no necesitas creer cuando puedes comprarte placebos para colmar tu vacio, aunque este siga siendo tan hondo y liso como el estomago de un borracho hambriento.Detestamos la tradición y la norma pero eso no es nuevo y ahora es fácil. El mal del siglo XXI el cual hemos comenzado hace poco no es la guerra de Vietnam (es decir, la de Irak y todas esas que ni siquiera sabemos que pasan porque no nos importa un quinto), no es el SIDA propagado porque el sexo multidimensional es pan de cada día.

Imaginate: aún no llegamos al escenario más terrible… aún nuestro deseo enmarcado en cámara web nos inocula del mal celular transmitido por cualquier mezcla irresponsable de fluidos. Así que tenemos la pornografía voyeurista al 100 por internet y tenemos la realización del deseo mirón a través de la cámara y los gestos y las palabras. Tenemos el snuff, ¿para qué queremos imágenes de guerra?... el alcohol se vende a los niños en los oxxos que pueblan cada esquina; el cigarro es prohibido pero todos fuman, incluso los padres al lado de sus hijos recién nacidos; las drogas son malas pero si vas a una fiesta de “juniors” como no vas a consumir cocaína… además es negocio familiar y es un pase para tener amigos con los cuales identificarte en tu deseo óptimo de destrucción. Hay mota por doquier, hay tachas para ser feliz y claro toda esa droga que “comemos” para alimentarnos, las benditas hormonas y los conservadores.Todo lo que respiras mata, ¿qué importa vivir una vida falsa?, ¿qué importa ilusionarnos con la supuesta vida sea falsa o cierta?, No… mejor saber que no hay nada que esperar y nada que creer.

Esto de los niños del futuro es nihilismo puro en esencia… esto de la transgresión no existe en un mundo donde el limite se ha borrado y prostituido desde hace ya demasiado tiempo. No creo en nada, no siento nada. Confortablemente triste, confortablemente ausente de este mundo de mierda y de la escoria que llevo dentro por haber nacido en él. La diferencia es que antes te infectabas con la vida falsa, hoy nacimos infectados porque la falsedad era verdad y la habían creído. Hoy sólo nos queda creer que el progreso es esta caída en espiral vertiginosa. Hoy nos gusta caer, golpearnos y seguir el descenso hasta llegar a la esencia del crimen: seguimos deseando y sintiendo, aún hay quienes escriben, más aún: la escritura como arte de la mutilación, escribir en la piel con navajas, sentir algo, sentir el repudio y hacerlo arte. Ahora los símbolos deben inscribirse en carne viva, deben latir, trascender como cicatrices de la piel que le hemos puesto al mundo. Luego tendrás que perfumar el símbolo que eres con Dior o Channel, ponerte la ropa más extravagante y cara, algo así como estilo Galiano, tus lentes de Dolce and Gabbana, tus zapatos west nine, ¡en fin! Cubrirte para andar promoviendo con todo ese disfraz la pura ausencia de pensamientos, eres aire caminando, eres la imagen del aparador que sale para contaminarse un poco, la calle es la vitrina donde te pavoneas como maniquí ambulante y tengo que decírtelo: ¡esa es tu felicidad! Vana, pueril, absurda, tal como esto que hacemos aquí con palabras, esto que pretendemos para diferenciarnos.

La muerte indiferente del deseo. Eso tenemos como axioma en el siglo XXI, porque el sexo también se ha vuelto simulacro, si no basta pensar en como las parejas postmodernas llegan a buscar juguetes a esas grandes tiendas que antes apenas y existían como locales clandestinos. Él llega a comprarle su dildo a ella, quien a su vez buscará quizá un par de anillos para que la duración de él se alargue mientras se deleitan con toda la colección de artilugios para poder sentir otra vez placer. Toda mujer independiente y consciente de qué tanto ha bajado el rendimiento sexual del hombre va y adquiere su consolador de la forma, color y precio más adecuado a su necesidad. Los hombres a su vez pueden adquirir vaginas de los materiales más variados, así tienen la seguridad de tener un coño a la mano cada vez que la novia, amiga, amante, esposa, haya dicho algo como “me duele la cabeza”, aunque eso debiera traducirse en “tu no me satisfaces en lo más mínimo”. Y así la sintomatología nihilista de nuestro siglo nos deja boquiabiertos, ¿qué valor queda?, ¿qué trascendencia, qué sacro categorías? Hay quienes aún confían en el poder de la razón, esa que nos condujo hasta este callejón sin aparente salida. Pero ante tal estado de cosas digamos “yeah, yeah, yeah”… escupamos el sinsabor, compremos algo de todo eso que existe para entumecernos, conectémonos a las maquinas, chatear con desconocidos y verles el culo via web cam siempre calma la ofuscación existencial. He aquí entre muchas otras cosas el valor de escupir en un blog algunas cuantas verdades que no deseamos saber y mucho menos escuchar... ¿o si?